La anemia y el veganismo: Causas, síntomas y remedios

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Multitud de épocas de estrés, exceso de trabajo, de actividad física, procesos de enfermedades leves o dolencias más graves, derivan en un problema mundialmente conocido. Hablamos de la anemia, un trastorno común causado por la disminución de la cantidad de hemoglobina en la sangre, que se produce principalmente por la falta de hierro o una mala absorción de este componente. Ser vegetariano o vegano no permite evitar los síntomas de esta enfermedad, pero sí prevenir sus causas y escapar de sus garras, ya que multitud de alimentos de origen vegetal poseen un alto contenido en hierro.

 

La anemia, sin tecnicismos

 

Los glóbulos rojos, transportados a través de la sangre, son los encargados de suministrar el oxígeno que inspiramos a todas y cada una de las partes de nuestro cuerpo. Padecer anemia implica no contar con el número suficiente de glóbulos rojos en perfecto estado.

Aunque muchas partes del cuerpo ayudan a producir glóbulos rojos, la mayor parte del trabajo se efectúa en la médula ósea, el tejido blando ubicado en el centro de nuestros huesos y que ayuda a la formación de las células sanguíneas.

Los glóbulos rojos se mantienen sanos durante un periodo que ronda los 120 días. Distintas partes del cuerpo, entra las que destacan el hígado y el bazo, eliminan posteriormente las células sanguíneas viejas. Una hormona, llamada eritropoyetina y que es producida en los riñones, emite una señal a la médula ósea para volver a producir más glóbulos rojos.

La hemoglobina es la proteína que transporta el oxígeno dentro de los glóbulos rojos y les da su color. Las personas con anemia no tienen suficiente hemoglobina, de ahí que la salud de sus glóbulos rojos no sea la óptima. Es así como se dificulta el transporte del oxígeno y la eliminación del dióxido de carbono, procesos completados en nuestros pulmones.

 

Las causas más comunes de la anemia

 

Nuestro cuerpo necesita ciertas vitaminas, minerales y nutrientes para producir suficientes glóbulos rojos. El hierro, la vitamina B12 y el ácido fólico son tres de los que se consideran esenciales. Es posible que el organismo no tenga o produzca la cantidad suficiente de estos nutrientes por diversas causas o dolencias de todo tipo, desde el más leve hasta el más severo. A continuación, exponemos las causas más probables, facilitadas por el portal médico online medlineplus, que cuenta con la acreditación de la URAC, comité auditor independiente que verifica que este espacio web cumple los rigurosos estándares de calidad e integridad en información de salud.

 

Si el organismo aprecia ciertos cambios en el revestimiento del estómago o los intestinos, afectará a la forma en cómo se absorben los nutrientes. Un ejemplo claro y común de esta condición es la celiaquía, causada por el daño provocado por el gluten en el revestimiento del intestino delgado.

Seguidamente, uno de los elementos más comunes, si no el que más, es practicar una alimentación deficiente. Excesos de grasa saturada, colesterol, sal o productos refinados aumentan nuestras carencias vitamínicas y disminuyen el aporte esencial de proteínas, hierro, fibra y vitaminas.

El consumo de ciertos medicamentos. Algunas sustancias químicas favorecen la destrucción de los glóbulos rojos de manera inusual, o más temprana a la correcta. Entre estos medicamentos se aprecian las cefalosporinas, un tipo de antibióticos de los más comunes, o la penicilina y sus derivados.

Enfermedades prolongadas o crónicas como  el cáncer, la colitis generadora de úlceras, o la artritis reumatoide.

Los embarazos son periodos comunes en los que cualquier mujer puede verse afectada por la anemia. Las pruebas y análisis de sangre en embarazadas son prácticamente constantes, en parte para controlar los niveles de hierro durante el periodo de gestación, aumentando las posibilidades de padecer anemia conforme el embarazo avanza. El bebé cubre su necesidad de hierro tomando su parte antes de que la madre disponga de la suya. Sin embargo, las embarazadas que padezcan anemia durante los dos primeros trimestres, corren más riesgos de tener un parto prematuro o gestar a un bebé de bajo peso. Por lo tanto, las reservas de hierro del bebé a la hora de nacer pueden verse afectadas, lo cual aumentaría el riesgo de que padezca anemia durante la infancia. 

 

Por último, la pérdida lenta y más o menos continuada de sangre implica el detrimento de glóbulos rojos en nuestro organismo. De ahí que las mujeres, a través del proceso menstrual, puedan ver afectados sus niveles de hierro en sangre como causa de esa deficiencia de glóbulos rojos en el cuerpo. Es entonces cuando hablamos de un tipo de anemia conciso, la ferropénica.

Las mujeres que menstrúan de forma abundante, ya sea por alguna alteración temporal o cuantitativa en el nivel de sangre perdido, poseen un alto riesgo de padecer anemia. Las mujeres deben incrementar la ingesta de hierro durante la menstruación para prevenir el problema, ya que se convierte en una de los casos más frecuentes de féminas que sufren anemia en edad fértil. Numerosos informes revelan que alrededor de un 15% de las mujeres sufren algún tipo de deficiencia relacionada con esta cuestión. En materia de anemia y cuestiones meramente femeninas, el portal inatal, en colaboración con la obra social La Caixa, expone algunos de estos temas tan relevantes.

 

 

Síntomas de la anemia

 

Desde el más leve, hasta el más grave, la anemia suele inducir en una serie de procesos consecutivos más o menos variables. El más frecuente de estos síntomas es el cansancio, ya sea sentirse débil o cansado más a menudo de lo normal, o a la hora de practicar ejercicio. También suelen ser abundantes los dolores de cabeza o jaquecas, y problemas para concentrarse o pensar durante periodos prolongados.

Algunos trastornos más severos implican cuestiones más comunes y corrientes, como mareos, especialmente al ponerse de pie; tener la lengua dolorida; un color de piel pálido o mantener una temperatura corporal fría; uñas quebradizas; llagas en la boca, o quiebre y deshidratación en las comisuras de la boca.

Pero a la vez, también se pueden aprecian síntomas especialmente sorprendentes e irregulares. Hablamos del interés suscitado por probar elementos extraños, como el hielo, la tierra o el papel. También la pérdida del sentido del tacto, o la dificultad para caminar o mantenernos estables sobre el suelo. Esos hechos van unidos a la posibilidad de sentir rigidez y mostrar una extremada torpeza en el movimiento de nuestras articulaciones. Por último, encontramos los últimos desencadenantes, en casos extremadamente severos, que pueden acarrear dolores en el pecho, así como procesos de angina o ataques cardíacos.

 

 

Aliados vegetales para aplacar a la anemia

 

Desde Vegaffinity no dudamos en ofrecer diversas posibilidades sobre alimentos ricos en hierro y en vitaminas esenciales para el organismo. Cuidar nuestro cuerpo no es una cuestión de moda, ni una corriente a la que seguir: es preocuparse por lo que verdaderamente importa. Mantenerse fuerte, rehuir la debilidad y combatir la desidia y el bajo ánimo a partir de una alimentación saludable y vegetariana. A continuación, algunas sugerencias muy sustanciales que, además de inducir el aporte de hierro necesario y luchar contra la anemia, pueden ser muy sabrosas.

 

 

Espinacas

Bendito verde. Esta espectacular verdura se caracteriza por su elevado contenido en hierro y fibra, vitaminas A, B9, C y E, beta-caroteno (un activo esencial de la dieta humana), y una fuente significativa de calcio. Todas estas propiedades convierten a la espinaca en uno de los mejores aliados para combatir la anemia, por lo que se recomienda consumir una medida de media taza de espinacas por día para obtener aproximadamente el 20% de los nutrientes de hierro esenciales. Así mismo, también se aconsejan para combatir la anemia otros alimentos de hoja verde como pueden ser el brócoli, la col rizada, la lechuga y los berros.

 

Avena

Dos cucharadas de avena común pueden llegar a aportar hasta 4,5 mg de contenido de hierro en el organismo. Para este caso en especial se recomienda adquirir harina de avena fortificada, aunque cabe advertir que está enriquecida por los grupos fabricantes. No obstante, esas variaciones son aportes de minerales y vitaminas en el grano de avena refinado. Pero es totalmente recomendable, ya que esta avena fortificada tiene un plus extra de vitaminas del grupo B.

 

Maní

El maní, como fruto seco, también puede ayudar a cumplir con las necesidades diarias de hierro, por lo que se recomienda comer una pequeña cantidad por día (alrededor de 10 o 15 granos). También se recomienda la mantequilla de maní, que tendrá beneficios prácticamente idénticos al del maní. Ya que éste no es un fruto seco totalmente usual, destacamos otras posibilidades que también aportan hierro, como por ejemplo, las ciruelas pasas, las uvas pasas, los albaricoques secos, los melocotones secos, las almendras, el higo y el dátil.

 

Pan de grano entero

De acuerdo con diversas investigaciones, una rebanada de pan de grano entero puede proporcionar hasta el 6% de las necesidades diarias de hierro del cuerpo. También se recomiendan otros productos de grano entero, tales como pastas, cereales y arroz, que son eficaces para problemas anémicos. Aunque este tipo de alimentos tienen la concepción natural de ser fuente de hidratos de carbono, el grano que los componen posee en su capa externa una fuente de fibra, vitamina B y oligominerales como el propio hierro, magnesio o zinc que se antojan como una fuente alimenticia rica a la par que saludable.

 

Granada

Las granadas tienen una fuente significativa de hierro que se suministra de forma directa a la sangre, mejora el flujo sanguíneo desde y hacia el corazón, y mantiene las arterias libres de depósitos grasos. Gracias a estas propiedades, es totalmente efectiva para tratar la anemia, y es que tal y como comentábamos al principio, esta enfermedad está directamente relacionada con el nivel de glóbulos rojos en sangre, la cual verá mejorada su circulación con frutas como la granada. Además, este alimento es rico en vitaminas, fibra y potasio, lo cual estimula un flujo sanguíneo saludable.

 

Tomates

El intenso color rojo tras la maduración de las semillas del tomate posee matices inconfundibles y difíciles de igualar. Es una fuente alimenticia rica en vitamina C, vitamina E y el activo esencial beta-caroteno, nutrientes clave en el tratamiento de la anemia. Para absorber sus nutrientes se recomienda beber un vaso de zumo de tomate todos los días, evitando bebidas como las gaseosas, el café o los energizantes, ya que éstos pueden detener el proceso de asimilación de hierro en el organismo y reducir los efectos que buscamos al ingerir el propio tomate.

 

Legumbres

Cómete un plato repleto de lentejas bien cocinadas. Y si puede ser, repite. Es una frase mundialmente conocida a través de la voz de cualquier abuela, pero las legumbres componen una de las mayores fuentes naturales de hierro, por lo que son claves para el tratamiento y la prevención de la anemia. Los frijoles, las lentejas, la soja, o los garbanzos entre otros, aportan hasta cinco miligramos de hierro en una taza. Las lentejas en especial tienen un efecto más poderoso aún, y además, están enriquecidas con proteínas y son bajas en grasa, por lo que son la legumbre más recomendable para tratar la anemia. Cabe aclarar que se deben preparar correctamente para poder aprovechar todos sus beneficios.

 

Suplementos para paliar la anemia

Desde Vegaffinity, en nuestro afán por combatir cualquier tipo de contratiempo y abogar por una nutrición completa y equilibrada, ofrecemos algunas alternativas que pueden aportar el déficit de hierro o nutrientes esenciales que necesitamos. Por ejemplo, el suplemento Avifer con Hierro, Vitaminas y Ácido Fólico;.

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